Tanto para mantener a raya nuestros armarios y zapateros como las librerías de nuestras casas. Leyendo el libro Tocar los libros, de Jesús Marchamalo (2011,ediciones Fórcola), me encontré con esto:
Herman Hesse tomo la determinación drámatica de mantener en su biblioteca un número determinado de libros ( ) cada libro que entraba obligaba a salir a otro (pg,41)
Hesse tenía unas preguntas para averiguar si el libro merecía entrar y, por tanto, desalojar a otro, o si, por el contrario, podía no incluirle sin remordimiento alguno:
- ¿Necesitas el libro?
- ¿Lo quieres?
- ¿Estas seguro de que volverás a leerlo?
- ¿Sentirías mucho perderlo?
Una sóla respuesta afirmativa valía para mantenerlos, de otro modo eran condenados. Este mismo método científico sigue Hans Magnus Enzensberger. Esta reservado el derecho de admisión.
Imagen de biblioteca aquí
No sé a vosotras, pero este método es válido para vestidos, libros, cacharros de cocina, música.... Claro que no todo es aplicable y siempre hay salidas. ¿Verdad qué los vestidos negros no son todos iguales? ¿Ni todos los vaqueros sientan igual?
Nota: Disculpar la larga tardanza en publicar. Espero ser más constante. Propósito de nuevo curso.
Pues no me parece mala idea aplicar el consejo, también a los libros. Quizás me cueste menos porque me he quitado mucho de mis manías acumulativas con los libros, y me permito comprar unos pocos. Muy pocos. Y siempre después de haberlos leído, o de tener un ansia terrible de leerlos. Con lo que yo he sido!
ResponderEliminarPero con la ropa yo sigo una norma más estricta: uno entra, dos salen. Y así desde hace un tiempo, noto que mis armarios ya van teniendo un aspecto más sosegado.
Muchos besos
A mi me cuesta la aplicarlo, tanto a libros como a ropa. Pero algo tengo que hacer, mis estanterías y armarios lo piden a gritos.
ResponderEliminarBesos
Esa es mi lucha!!, cada día me propongo deshacerme de algo pero me cuesta un triunfo, voy muy poco a poco. Espero que lo consigas. Un beso guapa,
EliminarYo hice limpieza de libros hace un par de meses siguiendo el método de Marie Kondo, que te hace proponerte las mismas preguntas. Quité bastanten libros, pero la verdad es que de un par de ellos me arrepiento. He pensado en ir a la fundación dondé los doné para volver a comprarlos, jejeje
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